Actividad 4. Definición de conceptos centrales del proceso de comprensión lectora
La comprensión lectora es un procedimiento complejo en el que intervienen tres ejes esenciales: el lector, el texto y la situación. A cada uno de ellos se le adjudican diversos elementos que intervienen en el proceso comprensivo. A continuación definiremos los más relevantes de estos factores que dan pie a este proceso:
I. Conocimientos previos: Saberes que posee el lector o la lectora alojados en su memoria que preexisten al momento de iniciar la lectura de un texto dado, los cuales se activarían durante la actividad lectora misma, permitiendo y facilitando el proceso comprensivo. Su adquisición se ve determinado por la cultura, el estilo de vida, el momento histórico-social, el contexto económico, el acceso a tecnología, etc. en el que se encuentra el lector o lectora. Su contenido está estructurado y jerarquizado, lo que implica una preparación, es decir, forma parte de los rudimentos que el proceso educativo debería otorgar. En tanto conocimiento, se organizan básicamente en esquemas los cuales representan el sistema de archivos de nuestra memoria, interrelacionándose e integrándose constantemente. Existen principalmente dos tipos de estos esquemas mentales: situacionales (o guiones) y conceptuales. En el primer grupo están contenidos los saberes referentes a situaciones del diario vivir, permitiendo identificar lugares, actividades y personajes icónicos y los diversos elementos que caracterizan el contexto en donde ocurren estas acciones. Son fundamentales para la comprensión de textos narrativos, debido al importante proceso inferencial que requiere la contextualización de estos discursos. Por su parte, los esquemas conceptuales son aquellos en los que se alojan todo conocimiento acerca del mundo en sus distintas dimensiones: social, natural, cultural, físico, etc., los que diferencia de la categoría anterior, van más allá de la experiencia sensible y directa del lector o lectora, son producto de aprendizajes científicos, teóricos, históricos, filosóficos etc.. Evidentemente, son relevantes para la correcta comprensión de cualquier tipo de texto, son tangenciales para la lectura de textos expositivos y argumentativos.
II. Niveles de Lectura: Entendiendo que la comprensión lectora es un proceso que implica un progreso paulatino en que los conocimientos previos del lector o lectora, sus pericias como lectores, el tipo de texto y su nivel de dificultad, entre otros elementos, es posible establecer un espectro de niveles de lectura cuyo modelo más aceptado es el de Kintsch (1983) el cual especifica tres niveles posibles de comprensión de lectura, a saber:
a) Primer nivel: Comprensión de la superficie, texto de superficie o estructura superficial del texto, se refiere a la aprehensión de los signos, palabras y oraciones precisas que componen el texto, sus significaciones elementales. En el fondo, ¿qué se dice en el texto?
b) Segundo nivel: A partir de la información obtenida a través de la lectura de esta superficie, el leyente construye la base del texto, es decir, configura una representación del contenido del texto, de sus sentidos y significaciones explícitas. A ello se suma las inferencias pertinentes para concebir al texto como un todo coherente. En este nivel, a su vez, nos encontramos con dos rasgos relevantes del texto: por un lado, la microestructura que consiste en la comprensión de cada parte o segmento del texto, vinculándolas a través de formas propias de la coherencia y la cohesión. La macroestructura, por su parte, es la representación total del texto, es la captación de los aspectos más significativos de la microestructura, permitiendo identificar las ideas centrales y realizar una síntesis del texto. En suma, responde a la pregunta ¿de qué trata el texto?
c) Tercer nivel: el modelo de situación, es el nivel que implica mayor profundidad en la lectura debido a que implica la integración de los datos otorgados por la base del texto junto con los conocimientos previos del lector o lectora tiene sobre el tema mismo u otros relacionados. Al contrario que los niveles previos, su grado de concreción está supeditado a la envergadura de los conocimientos previos que se posean, pues gracias a esta operación tanto el texto como los conocimientos previos se reestructuran y enriquecen: el primero por la anexión con la nueva información y el segundo gana nuevos recursos a partir de la lectura.
III. Estrategias de lectura: Son un grupo de acciones intencionales que permiten regular el proceso de comprensión de lectura, distinguiéndose a partir de sus finalidades y la naturaleza y dificultad del texto. La primera de ellas, cuya calibración resulta fundamental para una satisfactoria comprensividad textual, es la atención en cuanto se utiliza para identificar los conceptos claves del texto y la facilitación para su aprehensión nemotécnica. Una expresión recurrente de esta estrategia es el resaltado o subrayado de palabras, frases u oraciones centrales. El retroceso visual es otra técnica relevante de apoyo a lectura: deliberadamente, cuando nos perdemos en la lectura o nos encontramos con un sinsentido o posible contradicción, retrocedemos hasta el fragmento ya leído en donde se ubica la información clave para desanudar la confusión anterior. Del mismo modo, la relectura es una estrategia crucial para asegurar la comprensión, más aún si el escrito resulta de una complejidad desafiante, pues muchas veces textos como estos necesitan más que un simple lectura para ser entendidos a cabalidad. Para ello, dependiendo de las necesidades que requiera el ejercicio, se puede realizar una relectura fragmentaria o global del texto, para lograr una mayor comprensión. Para llevar a cabo estas acciones es fundamental que la lector o lector reconozca sus falencias apropiadamente y realice la estrategia más pertinente a su caso.
IV. Comprensión: Procedimiento propio de nuestro quehacer intelectual, cuyo objeto puede ser naturales, físicos, emocionales, sociales, espirituales, lingüísticos, etc., mediando en ello el lenguaje como sedimento fundamental. En el fondo, es darle un sentido coherente a un hecho.
V.
Tipos
de Textos: Clasificación a la que se someten las
diversas modalidades textuales posibles a partir de sus características
particulares, como su estructura interna y objetivos perseguidos. Los distintos
tipos textuales pueden requerir para su lectura estrategias propias para abordarlos. Estos tipos
corresponden al texto narrativo, expositivo, descriptivo, argumentativo, etc.
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